6/14/2011

El cambio de los centros educativos


Síntesis:
Las ideas principales del texto son las siguientes:
·        “Todo cambio debe tener vocación de permanencia. No se debe hacer que el cambio dependa de una única persona pues si ocurre así y esa persona abandona la institución el cambio desaparecerá. Si por el contrario se involucra a más gente será más fácil que permanezca en el tiempo.
·        “Las escuelas que aprenden a gestionar los cambios con eficacia serán escuelas eficaces”. Una vez que ya he introducido cambios, si luego los tengo que volver a introducir será más sencillo porque  ya sé cómo hacerlo, cómo reaccionar…
·        “Las innovaciones que tiene éxito se pueden etiquetar como innovaciones con sentido común organizado. Los cambios tienen más éxito y son perdurables en el tiempo si están implicadas más personas porque así es colectivo y se extiende.
Los planes y yo proyectos no se pueden quedar en un plano teórico sino que deben llevarse a la práctica.
El cambio supone un esfuerzo y cuando no se ve recompensado te puedes frustrar y perder confianza y seguridad para poder emprender otro cambio. Siempre hay que pensar en cambio representativo, significativo, permanente y perdurable, no se puede estar cambiando cada poco tiempo.
No se puede caer en el error de confundir cambio y progreso. En ocasiones se han promovido cambios que no partían de una necesidad real de cambio sino que eran producto de la moda del momento como muy bien nos dice Campo. Cuando una innovación se ha implantado con éxito es que ha cumplido con el siguiente par de condiciones: la innovación representaba una necesidad real y se prestó un gran apoyo para su puesta en marcha.
Las reformas son cambios en la estructura del sistema, tienen una estructura planificada y están relacionadas con la política. Supone una modificación a gran escala de la enseñanza. Por su parte, las innovaciones son pequeños cambios que tienen que ver con cambios en los procesos educativos desde un punto de vista interno del centro. El cambio es un concepto más general que puede englobar a los anteriores y que está referido a las alteraciones que afectan a los diferentes niveles (sistema, centro, aula…).
Hay varios tipos de cambio que se pueden organizar de la siguiente manera:
·         Cambios de primer orden: afectan a los procesos de aula
·         Cambios de segundo orden: afectan a la organización d e los centros.
·         Cambios de tercer orden: afectan al sistema educativo y administrativo.
Los  procesos de cambios discurren por tres fases distintas: iniciación, en la que se va tomando conciencia de las necesidades y se van generando actitudes de apoyo tanto internas como externas; la implementación en los centros o aulas; y por último la institucionalización, es decir, cuando el cambio se convierte en una pauta de actuación estable.
Los centros en los que los profesores ven el cambio como algo deseable, implicándose en su desarrollo y organización generan un clima que favorece las innovaciones. Estas innovaciones pueden tener más éxito si: se presta apoyo al profesorado mediante la formación continua, los directores se convierten en líderes instruccionales y se favorece el trabajo colaborativo a través del establecimiento de valores compartidos.
El cambios es proceso y no suceso, el cambio es aprendizaje lo que nos lleva a pensar que los centros escolares no son sólo lugares de aprendizaje para los alumnos sino también para los propios profesores
Cuestión: Analiza las resistencias hacia el cambio y cómo combatirlas.


Los principales obstáculos con los que nos encontramos para llevar a cabo cambios son: la falta de comprensión, la carencia de destrezas necesarias y las actitudes que se tienen hacia la innovación.
Ante todo cambio o nuevo proceso, es necesario conocer qué es, qué implica, cuál es su finalidad y cómo va a afectarnos tanto a nivel personal como profesional. Si no se comprenden estos aspectos del cambio, este estará abocado al fracaso. Esta comprensión no se genera sólo desde el propio docente sino que en ocasiones es facilitada por los líderes de ese cambio. Quien lleva las riendas de ese cambio o innovación, debe conocer y dominar el tema del que habla pues ha invertido horas planificando, organizando… pero puede ser que a pesar de su entusiasmo y conocimientos no sepa transmitir bien su idea, intentando acelerar la implantación de la misma y provocando la incomprensión de resto de compañeros. Al respecto, Martinez Bonafé (2008: 65) apunta que “de una cosa no cabe duda: la innovación educativa es una tarea colectiva y no aislada. No se puede entender la innovación en los centro desde el aislamiento”. Quien dirija el cambio debe saber transmitirlo al resto porque si no es así va a ser muy complicado que lleva adelante el cambio él solo.
También puede dar el caso de que habiendo comprendido el cambio y la necesidad de él las personas implicas carecen de las competencias necesarias para implementar el cambio. Algunos profesores verán su falta de destrezas como algo negativo, midiéndose y comparándose con el resto de sus compañeros lo que les puede llevar a implantar un cambio sin estar aún lo debidamente formados y con las capacidades necesarias. Esta situación se puede dar sobre todo en aquellos centros en los que no se tiene experiencia en trabajar de forma cooperativa ni plantearse cuestiones o hacer críticas acerca de la metodología.
También se encuentra una fuente resistencia al cambio en nuestra propia mente. Los profesores suelen aludir en un primer momento a los factores externos que condicionan su desarrollo profesional pero cuando se les pide que hagan un análisis interno, reconocen factores personales que obstaculizan el cambio.
En ocasiones se personalizan las dificultades de cambio en una persona o en un grupo, siendo esto un error pues al tachar a esa persona de obstáculo va a resultar muy difícil ganarse su apoyo, de ahí la importancia de nuestras actitudes.
Se suele ser más consciente de las resistencias al cambio de índole individual pero lo cierto es que la organización de le escuela, pensada para el trabajo individual y colectivo, pone sus propias barreras.
En cierta medida es recomendable la actitud de resistencia al cambio pues en ocasiones la educación ha sido un terreno muy convulso, sujeto a demasiados cambios.
Relación con los contenidos del tema y conexión con la

 realidad de los centros educativos
Me ha llamado mucho la atención una parte del texto en la que Campo se ha referido a la innovación como moda para algunos profesionales. Creo que tiene mucha razón, ahora está de moda el cambio, ser innovador y hacer cosas. Me parece muy legítimo querer innovar, creo que es necesario porque no se puede estar toda la vida haciendo lo mismo y de la misma manera, pero creo que ahí está la clave, hay que  innovar cuando sea necesario, cuando constatemos que hay una necesidad y queramos darle respuesta. Hemos dicho en clase que el cambio siempre es para mejorar, de ello se desprende que el cambio debe ser fundamentado y necesitado, que no se trata de innovar por innovar. Parte de esta idea queda clara con las palabras de Fullan (1993: 17), “el objetivo de una mayor capacidad de cambio tiene que ser explícito y la lucha por alcanzarlo debe ser total y constante”. Si un cambio no surge de una necesidad, ¿cómo va a ser explícito y se va a trabajar de forma estable en él? Debemos partir de una “necesidad real de cambio” como bien apunta Campo en el texto.
Otro de los aspectos fundamentales del cambio, que hemos trabajado en clase y en el texto, es la necesidad de saber transmitir la importancia del cambio. Puede que nuestra idea sea sumamente buena y que las posibilidades de mejora sean fantásticas pero si no cuento con el apoyo de los profesores ¿qué va a ser de ese cambio? Con suerte le podré implantar y tener algo de éxito pero en cuanto deje la institución ese cambio se habrá olvidado porque el resto de compañeros no lo ha trabajado ni lo ha sentido. Por tanto, como ya han dicho anteriormente Imbernón y Martínez Bonafé el cambio no es algo aislado, sino colectivo. Más que acelerarnos por introducir un cambio, debemos preocuparnos por transmitir el proyecto a los compañeros, lograr un clima y una situación que favorezcan su implementación. Estebaranz Garcaí (2000: 13) plantea que “los cambios no toman cuerpo de pronto; hay que engendrarlos, alimentarlos y apoyar su independencia para que tengan vida propia más allá de la madre que los engendró y los vio nacer”. He aquí la importancia de un contexto receptivo del que tanto hemos hablado en clase. Debemos entender que “todo proceso de aprendizaje requiere tiempo y crea confusión” (Campo, 2006) y que debemos de dar un tiempo al cambio, no apresurarnos en implantarse como sea, sino que nos debemos preocupar porque cale en el resto del profesorado.
De entre los diferentes tipos de cambio están las reformas, que tiene un carácter mucho más institucional y global. Creo que en ocasiones con las reformas se pierde un poco la finalidad, sobre todo por toda a parafernalia política que en los últimos años se ha organizado en torno a las leyes educativas. Esto está muy en la línea de lo que comentamos en el tema dos sobre la legislación y las diferentes leyes educativas. Las reformas son cambios verticales, impuestos, y que normalmente suponen grandes transformaciones para los profesores que no se sienten a gusto  con él porque no se les ha consultado.
Campo afirma que “afrontar cambios es asumir riesgos” y estoy totalmente de acuerdo con él. El cambio es dejar de hacer las cosas tal y como las estábamos haciendo hasta el momento. Dependiendo del cambio nuestras formas de trabajar cambiarán más o menos pero lo que está claro es que supone un esfuerzo que no todos los profesores están dispuestos a realizar pues se trata de dejar su “zona segura” para embarcarse en algo nuevo, distinto.
Considero fundamental que siempre que vayamos a hacer algún cambio tengamos presente que cambiamos para mejorar, bien los resultados académicos, bien el clima del aula, bien nuestro desempeño como profesional… Por ello, nunca podremos dejar de plantearnos cual es nuestro objetivo y vigilar durante todo el proceso si lo que estamos haciendo es lo que queríamos hacer. No sirve con introducir el cambio y ver que sale, hay que seguir el proceso paso a paso, lograr que funciona y poder de nuestra parte para que si hay algún tipo de desviación, se corrija.
Durante mi primer período de prácticas quise hacer algo tan sencillo como utilizar álbumes ilustrados digitalizados para la clase de Lengua. Me encontré con la velada desaprobación de mi tutora y con que ni siquiera sabía como se conectaba el proyector al ordenador. Mientras realizaba la actividad el ordenador se apagó de repente y la tutora dijo en mitad de la clase y para que lo escuchara todo el mundo: “para esto es para lo que sirven las nuevas tecnologías”. Quedó más que clara su postura, nada de cambios, todo como lo había seguido haciendo hasta ahora. Sé que hay cosas que funcionan y que se pueden mantener, y aplaudo que se haga, pero también es verdad que los tiempos cambian y las necesidades evolucionan. Está muy bien bajar a la biblioteca y leer un libro, pero se da el hecho de que los centros no tienen varios ejemplares de un mismo  libro lo que dificulta una actividad grupal sobre una misma lectura. La tutora optaba por leerles ella el libro y a medida que pasaba las páginas les iba enseñando las ilustraciones, ¿no era mi opción más cómoda tanto para los alumnos como para los maestros? Además de ser más cómoda era más efectiva, pero como no era algo a lo que mi tutora estuviera acostumbrada no la gustó.
Durante el período de prácticas tenemos muy poca libertad así que las cosas que podemos hacer están muy limitadas. En mi segundo año de prácticas me di cuenta de que la biblioteca era un recurso no del todo aprovechado. Por iniciativa propia comencé a ir en los recreos a la biblioteca a organizar pequeñas actividades con los niños que iban a ella. Poco a poco y con el paso de los días cada vez más alumnos iban en el recreo a la biblioteca para hacer manualidades algunas de ellas directamente relacionadas con la lectura, como fue la elaboración de un libro grupal. Se terminaron las prácticas y no pude desarrollar  actividades de animación a la lectura que me propuso la profesora encargada de la biblioteca a tenor de mi interés por este espacio. Este no es un ejemplo de innovación o mejora, pero si puede ser el germen de un cambio. Se constate un problema, una deficiencia o una necesidad y a partir de ello se piensa en qué hacer, para qué…
He notado a muchos profesores ciertamente cansados, con ganas de permanecer tal y como estaban y no molestarse en cambiar las cosas. “Cambio” o “innovación” son palabras muy lejanas para ellos, y me atrevería a decir que las entienden de una forma  negativa. Creo que el cambio es algo necesario pues vivimos en un mundo cambiante y en una sociedad acelerada, los niños que vienen a la escuela son distintos y no se puede seguir trabajando como hace veinte años.

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