Como se viene diciendo en todos los escritos actuales sobre educación, se ha producido un cambio en la sociedad, en todas las esferas de la vida. Hace años era muy poco común la incorporación de alumnado extranjero a nuestras aulas, sin en cambio, hoy en día es algo común. Teniendo en cuenta este cambio se hace más que evidente la necesidad de la escuela de cambiar y no ir únicamente a la par que la sociedad, sino quizás un poco por delante. Estos cambios suponen que tanto la escuela como los profesores deben aceptar que la sociedad es multicultural, pero no se debe quedar en la mera aceptación sino que debe pasar a la acción y hacer que esta idea haga ella en la sociedad, que sea reconocida por todos.
La educación intercultural es una nueva forma de entender la sociedad y por ello la educación. Supone reconocer la sociedad como plural, integrar a las personas extranjeras en el entorno; supone también, no buscar las diferencias entre unos y otros sino mirar las cosas en común, poder compartir espacios y desarrollar prácticas inclusivas pero sobre todo, la educación intercultural persigue formar ciudadanos.
Usualmente se ve la heterogeneidad como algo negativo, en vez de cómo algo positivo e enriquecedor. Se debe romper con la rigidez escolar, dejar de entender la diversidad como algo parcelado y trabajar aspectos cognitivo-intelectuales y afectivo-emocionales. Mediante este enfoque intercultural se persigue desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo de los alumnos para que puedan comprender la realidad social y participar en ella.
Pero lograr una educación interculturalidad supone hacer cambios en varios aspectos escolares que llevan tiempo asentados que van a suponer obstáculos pues el camino hacia la interculturalidad está repleto de curvas. Se deben promover cambios en los espacios y tiempos escolares de forma que se pueda ofrecer a cada alumno lo que necesite. Es necesario también un cambio de roles, en la forma de evaluar que actualmente está plenamente basada en la cuantificación, sobre todo ahora que están tan de moda las evaluaciones externas. Hay que ajustar las medidas de atención a la diversidad y ofrecérselas sólo a quienes la necesiten, también se debe establecer contacto con las familias para que se sientan integrados y colaboren con el centro. Y en todo esto, como en todos los casos, cobra mucha relevancia la formación del profesor, tanto la formación inicial como la continua, no hay que conformarse con lo que ya se sabe sino seguir trabajando, formándonos para comprender la realidad.
Esta demostrado que cuanto más tarde llegan alumnos extranjeros al sistema educativo más se incrementan las dificultades. En Secundaria los aprendizajes y las materias se vuelven más complejos, hay más profesores, mayor número de distintas metodologías y mayores dificultades de coordinación. Pero sea la edad que sea cuando ingresan en nuestro sistema educativo (salvo los de dos años) los alumnos ya saben cosas, no parten de cero, esto es algo que se debe tener muy claro, lo que falla es la herramienta de comunicación: el idioma.
Las claves para el plan de Interculturalidad llevado a cabo en el centro de la ponente tiene como pilares fundamentales los recursos humanos y el plan de atención docente, del que también está al mando el coordinador de interculturalidad, aunque y también está compuesto por más docentes.
De todo este trabajo se han sacado varias conclusiones. Por el lado positivo se han logrado avances significativos, beneficiando a los alumnos, se han enfatizado los aspectos afectivo-emocionales, se han descubierto nuevas formas de organización y se ha avanzado en innovación. Pero también hay aspectos negativos, como por ejemplo la limitación que supone la organización del centro que se presenta como muy difícil de modificar.
El título de la ponencia me atrajo desde el principio, era un tema interesante y que además tenía relación con aspectos trabajados en el aula, pero me he llevado cierta decepción con la ponencia. Ha sido más bien una exposición teórica sobre qué es la interculturalidad y me habría gustado conocer en mayor profundidad el plan de interculturalidad que se lleva a cabo en ese centro pues, aunque la información sobre interculturalidad ha sido muy completa, podemos acceder a la misma por otros medios, pero la experiencia que nos podía haber aportado la ponente no.
En general he notado más disperso al público en general y creo que se ha debido a lo rápido que hablaba la conferenciante, muchas veces era imposible tomar notas de lo que decía. Daba mucha información y no daba tiempo a que pensásemos sobre ella, quizás hubiera sido mejor reducir la cantidad de información, haber seleccionado lo más importante y haberlo explicado con más detenimiento. Si el público se ve incapaz de seguir la ponencia porque no le da tiempo a comprender toda la información, lo más posible es que se acabe aburriendo.
A pesar de no haber logrado despertar la atención del auditorio, se notaba que la ponente era una persona comprometida con su labor, que creía en lo que defendía y que tal y como ha expuesto, quiere y apuesta por una educación intercultural y por que cale en todos que vivimos en una sociedad multicultural. Creo que eso hay que valorarlo pues ha sido la idea principal de la ponencia, repetida en varias ocasiones, y con la que la mayoría nos hemos quedado.
Me ha ayudado a seguir la ponencia el esquema que presentó al inicio con las tres partes en las que se dividía la charla ya que de esa forma era más fácil para mí estructurar la información. Por el contrario, no me ha gustado mucho la presentación en PowerPoint pues contenían mucha información, que unida a toda la ofrecida oralmente era demasiada. A veces menos es más. Creo que estas dos eran las estrategias que pensaba usar la ponente y me atrevo a aventurar una tercera opción: el interés por nuestra parte como futuros profesores. Todos vamos a las ponencias con ganas de escuchar, de conocer cosas nuevas o de conocer como funcionan las cosas en los centros, como son en realidad.
La multiculturalidad debe formar parte de nuestra programación docente, ¿se cumple esto en realidad? Esto, como todo, depende del profesor y del centro, pero me da la impresión de que a pesar de que se incluya en las programaciones no está del todo integrado y parece más bien como una añadido. Se trabaja con el alumno extranjero pero no con el resto de compañeros, de forma que eso no es interculturalidad. Se entiende a “aislar” a los alumnos extranjeros del resto de compañeros y acaban por verse discriminados. Me parece muy buena propuesta la tutoría entre iguales porque puede ayudar al alumnado extranjero a superar los problemas de integración. Como futura profesora me hubiera gustado conocer en profundidad como se trabaja con los alumnos, no sólo con los extranjeros sino con todos.
También me ha dado que pensar el tema de los padres. Muchas veces les dejamos de lado y nos centramos completamente en el alumno provocando un discontinuo entre familia y escuela. Es fundamental trabajar con las familias para que se sientan integradas y le transmitan esa sensación al alumno, de forma que el niño reciba buenas sensaciones tanto desde le escuela como desde su familia. Claro que también me parece complejo, no sólo por la barrera del idioma sino también por las diferencias culturales.
Desde la asignatura y a través de los diversos textos trabajados hemos comentado la importancia de integrar a las familias en la escuela. En el caso de las familias extranjeras creo que se trata de una necesidad mayor. Una familia que viene de un país extranjero, con otra lengua y otras costumbres es muy probable que se sienta perdida. La escuela puede ser ese puente que permita a las familias integrarse en la sociedad. Pero no sólo es importante trabajar con las familias por este motivo sino que además, si la familia no se integra en la sociedad el niño va a encontrar grandes diferencias entre la escuela y su casa. Si por ejemplo la familia no habla nada de español y el niño cuando va a casa no tiene nadie con quien practicar el idioma o hacer los deberes, el progreso del alumno va a verse resentido.
Hemos hablado en clase de la importancia de la formación del profesor y en este caso vuelve a tener relevancia, debemos formarnos continuamente, nunca acabamos de hacerlo pero parece como si muchos cuando consiguen la plaza se acomodan y dejar de preocuparse por ver qué nuevo esta ocurriendo alrededor de la educación. Me pregunto también, si los docentes estamos preparados para trabajar en interculturalidad y creo que no, no estamos preparados. A medida que vamos asistiendo a más ponencias y leyendo más textos me doy cuenta de lo mal que salimos preparados de la dificultad y de cuanto nos queda por aprender. Y se que esto es igual para aquellos que ya tienen el título y están trabajando en algún centro. La sociedad cambia, los alumnos cambias y las exigencias que le hacen a la escuela también cambian. Hace años hablar trabajar la interculturalidad no era uno de los objetivos prioritarios de ninguno de los centros educativos españoles, ahora, un reducido número de año sí lo es.
A lo largo de la ponencia también se mencionó que la educación interculturalidad supone realizar hacer cambios en el centro. Tal y como funcionan y se entienden los centros actualmente no se puede desarrollar ese planteamiento lograr intercultural del que estamos hablando.
En algunas asignaturas que hemos tenido durante la carrera hemos hablado de la importancia de ofrecer medidas de atención a la diversidad sólo a aquellos alumnos a los que les hiciera falta. Es un error dar este tipo de medidas a aquellos que no las necesitan, no sólo porque se consumen los recursos que alguien podría necesitar realmente sino porque suponen “colocar” a un alumno en una posición dentro del Sistema Educativo que nos la que le corresponde.