6/13/2011

Tipos de cultura


Síntesis:
Existen diferentes estilos de cultura pero los más frecuentes con aquellos orientados hacia las personas y hacia la función. En ellos la figura del profesor destaca por encima del resto, nadie se responsabiliza de las tareas, en las reuniones de toman decisiones que no molesten al resto de profesores y la tecnología está ausente.
Se han hecho varias clasificaciones sobre los tipos de culturas. Aquí se destacan las de Hargreaves, Thurler y Bolívar.
Hargreaves encuentra seis tipos de cultura distintas:
·         Individualismo fragmentado: el trabajo se desarrollada de forma aislada y los profesores tienen un sentimiento de posesión sobre sus alumnos, clase…
·         Balcanización: se crean grupos independientes dentro de la organización que desarrollan una gran identificación con el grupo pero no con el centro.
·         Cultura colaborativa: se hace participe a todos los profesores en la toma de decisiones y el pedir ayuda se entiende como una forma de mejora.
·         Colegialidad inventada: se trata de una cultura colaborativa forzada en la que los líderes presionan para que se hagan reuniones.
·         Mosaico en movimiento: en él las personas cambian, los grupos van sufriendo modificaciones y la responsabilidad va rotando entre diversas personas.
·         Colaboración cómoda: que se limita a niveles de consejo y comunicación sobre efectiva formas de enseñanza pero que no llega a tocar el tema de los propósitos de la enseñanza ni el cómo se enseña.

Gacther Thurler establece una clasificación parecida:
·        Cultura del individualismo: en ella hay poca comunicación entre el profesorado y los espacios son aislados.
·        Cultura de los Reinos de Taifas: la relación entre los profesores es muy limitada ya que el centro se organiza en materias, departamentos…
·        El centro escolar es como una familia: priman las relaciones personales y hay un gran espíritu de amistad en el centro; pero en lo que se refiere a temas profesionales domina el individualismo.
·        Colegialidad forzada: en ella los directivos obligan a asistir a ciertas reuniones.
·        Cultura de colaboración: se promueve el trabajo conjunto, entendiéndose la educación como una tarea compartida.

Bolívar establece cuatro tipos de cultura profesional que son muy parecidas a las anteriores: el individualismo, cultura fragmentada, colegialidad forzada o artificial y cultura de colaboración.

En la realidad resulta complicado situar a los centros dentro de una de estas clasificaciones pues en muchas ocasiones tiene características de  varios tipos, nunca se va a encontrar una organización pura, que sólo tenga los elementos característicos de las anteriormente explicadas culturas. El tipo de cultura de una organización va a depender de su tamaño, del trabajo que se desarrolla en ella, de si el entorno es más o menos estable, de la historia de la organización…
Se piensa que en las culturas organizativas existen dos opuestos: la cultura individualista y la cultura colaborativa y entre ellas se sitúan el resto de culturas y por tanto de centros.

Aportación crítica y personal:

A veces pedir ayuda parece algo negativo. Muchos profesores no lo hacen porque tiene miedo de perder prestigio, porque tienen miedo al que dirán y porque temen que se les tenga menos en cuenta pues no han sabido resolver ellos solos algún conflicto. Pero creo que el miedo a pedir ayuda no es algo que sólo les ocurra a los profesores, creo que es algo que está muy extendido en nuestra sociedad, el temor a pedir ayuda, a reconocer que no sabemos hacer algo y que necesitamos un apoyo. Quizás si desde los colegios se impulsará más la ayuda y colaboración entre iguales sería más sencillo reducir o evitar este tipo de miedos en el futuro cuando ya se es adulto.
La idea de pedir ayuda está casi mal vista, sobre todo en ciertos ámbitos. Personalmente, no me parece que vaya en contra de la competencia básica relacionada con la autonomía, todo lo contrario. Cuando un alumno se da cuenta de que no puede resolver un conflicto por él mismo y después de haber probado varias opciones decide pedir ayuda está demostrando que es capaz de solucionar los problemas que se le presenten.  Esta situación no es la misma que aquella en la que padres o familias le dan todo hecho al alumno sin que éste haya tenido que esforzarse primero.
En una cultura colaborativa el pedir ayuda es algo habitual, si trabajas codo a codo con alguien, entendiendo que es necesario porque una persona no  puede con todo y no es experto en todo (no será experta en casi nada) es lógico que se solicite ayuda, y no hay nada de malo en ello. Quien se sitúa en una cultura colaborativa entiende que la educación es una tarea que no sólo implica a todos los docentes del centro sino también al entorno y la familia.
Al leer los textos y escuchar los debates organizados en clase se sobreentiende, cuando no se dice abiertamente, que la mejor forma de trabajar en un centro es mediante la cultura de colaboración. Yo no lo pongo en duda pero de forma objetiva quiero ver los beneficios de las otras culturas y cómo es posible que en algunas ocasiones o situaciones, la cultura de colaboración no encaje en un determinado centro. Creo que antes de aceptar ninguna de las culturas hay que pararse a pensar sobre ellas detenidamente.
¿Qué sentido tiene la colegialidad inventada o forzada? Si la cooperación no surge de cada individuo, si no creen en ello es seguro que no  vayan a trabajar  bien, que sólo quieran cumplir y dejar esa tarea para hacer otra o para irse a casa. En este caso, intentar introducir una cultura de colaboración a la fuerza, con oposición, no tiene sentido porque al final lo único que se logra es provocar mayor rechazo y descontento del profesorado. La imposición no funciona, obligar a alguien a trabajar de una forma en la que no se siente cómodo va a suponer que no se va a sentir implicado y comprometido por lo que los resultados no van  a ser buenos.
Recuerdo que durante el periodo de prácticas, en algunas reuniones se notaban las ganas de los profesores porque acabase ya la reunión pues no cesaban de mirarse el reloj. Personalmente me dio muy mala impresión, no sólo porque aún estaban en su horario de trabajo sino también porque se estaban hablando cosas de importancia y había muy poca implicación. También pude ver el caso de algunos profesores que no acudían a algunas reuniones, provocando el descontento y las críticas del resto de compañeros. Con estos casos quiero ejemplificar como a veces no es posible lograr una cultura de colaboración en el centro, ¿qué haces ante esta situación? Se podrá lograr esta cultura entre los profesores implicados pero siempre habrá un foco de resistencia que en muchas ocasiones será aplastantemente mayor que el otro.
Cada una de estas culturas suponen una forma my distinta de entender la educación, a los alumnos, al entorno… es muy complicado que todo el centro se identifique con una de estas culturas. Por ello es tan importante trabajar el sentido de pertenencia al centro. Si uno de los pilares básicos del centro es trabajar en grupo, de forma colaborativa, debemos intentar que todos los docentes vean los beneficios de esa forma de trabajo, que la entiendan y lleguen a identificarse con ella. Hacer de esa forma de trabajo una seña de identidad tanto del centro como de los docentes del mismo.
A veces se deduce que cuando una persona no interviene no afecta al clima de trabajo y de convivencia. Creo que es una idea errónea. La participación y la no participación cuentan, pues esa persona que decide no tomar parte de una forma de trabajar o de una forma de entender la educación influye en el clima, y como bien sabemos el clima es algo que influye de forma importante en los centros y que por tanto hay que trabajar y mejorar.

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